He nadado por dónde el viento agita
te he visto oscuro, he gritado
entonces, arañándome las manos
he pronunciado en la sequedad del aire
¡deseaba tanto que me recordaras!
Tanto como el azul del cielo
como un girasol temprano, tanto.
Tanto que sudaba, gimiendo, ahogando
y entonces, de nuevo, he gritado.
17 de mayo de 2007
17.5.07
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